Los exámenes me fueron
bastante bien. Mamá se puso contenta y le pude pedir que me dejase pasar las
vacaciones de Semana Santa en casa de Magín. Y me dejó ir. La casa de Magín era
una masía situada cerca de Sant Cugat. Se llegaba a ella por un camino de tierra
que salía de la carretera que llevaba al pueblo. Cerca había una alberca grande
en donde las ranas no paraban de croar. En la parte baja de la casa estaba la
cocina, con la despensa y una gran chimenea, el comedor, el establo y un cuarto
donde guardaban la leña, las herramientas del campo y los trastos viejos. En el
primer piso estaban las habitaciones. La de Magín era espaciosa y con mucha
luz. Encima del primer piso estaba el desván. El retrete estaba detrás de la
casa, en un cuarto pequeño donde su padre había puesto una ducha. Allí detrás
también estaban el gallinero y las conejeras. Las dos vacas, la marrana con los
cochinillos y la mula nueva estaban en el establo, separados los unos de los
otros por tabiques de tocho sin enyesar que no llegaban al techo. A pesar de no
tener demasiadas comodidades, la casa de Magín me gustó mucho. Era cálida y
acogedora, con infinidad de detalles que denotaban una vida sencilla y feliz.
La despensa estaba llena de cosas colgando: tomates, ajos, cebollas, manojos de
hierbas, butifarras, longanizas, un jamón; y sacos y capazos con patatas,
judías secas, garbanzos, lentejas, harina, nueces. En el desván estaban
extendidas por el suelo las patatas y cebollas nuevas, y de las vigas colgaban
longanizas y butifarras procedentes de la última matanza. Además de Magín, su
hermana pequeña y sus padres, en la casa vivían sus abuelos, los padres de su
padre. Todos me recibieron muy bien y se mostraron muy contentos de que fuese a
pasar unos días con ellos. El padre de Magín subió una cama y un colchón y nos
puso juntos en la habitación de mi amigo. Cuando ya estuve instalado, pensamos
qué podíamos hacer aquella mañana hasta la hora de comer. […] —¿Te atreverías a
ir un día al torreón para ver si el vampiro está dentro del ataúd? —le pregunté
[…]—. De día los vampiros no te pueden hacer nada, porque en cuanto les da un
poco el sol se mueren. —Hombre, si no te pueden hacer nada… —¿Entonces, por qué
no vamos mañana? […] Magín se lo pensó un poco. —De acuerdo… Pero si hace sol;
si no, lo dejamos para otro día.
NO COPIÉIS EL TEXTO
1 La casa de Magín era:
a) Una masía formada
por dos plantas.
b) Una masía con tres
plantas: la planta baja, el primer piso y el desván.
c) Una masía con una
planta baja y un desván.
2 Detrás de la casa
estaban:
a) El gallinero y el
establo.
b) El gallinero, el
retrete y las conejeras.
c) Las conejeras.
3 En la despensa se
colgaban:
a) Solo los embutidos:
butifarra, longaniza y jamón.
b) Solo las patatas y
cebollas.
c) Muchas cosas:
butifarras, longanizas, jamón, ajos, tomates, hierbas y cebollas.
En la planta baja había:
a) La cocina, el
comedor, el establo y un cuarto.
b) La cocina, el
comedor y las habitaciones.
c) El desván.
El protagonista piensa
que la casa de Magín es:
a) Misteriosa y anticuada.
b) Cálida y acogedora.
c) Espaciosa y con
mucha luz.
Magín y el protagonista
irán a ver al vampiro del torreón:
a) Al día siguiente si
está lloviendo.
b) Al día siguiente si
hace sol.
c) Al día siguiente
haga el tiempo que haga.
Escribe el masculino de
estas palabras:
Gallina
Presentadora
Baronesa
Pintora
Alcaldesa
Madrina
Reina
emperatriz.
Escribe el masculino o
el femenino de estos nombres:
Madre
Duque
Profesor
Carnero
Hombre
Leona
Gata
heroína.
Las palabras homófonas
son las que suenan igual, pero se escriben de forma diferente y tienen
significados distintos.
Copia y completa las
oraciones con la palabra que corresponda:
vaca, baca, orca,
horca, boto, voto.
– En el acuario había
una … enorme.
– En la urna solo había
un …
– En la … pusieron todo
el equipaje.
Copia estas oraciones con las siguientes
formas verbales:
Halla.- encontrar haya.- árbol o verbo
haber
Calló.- no hablar cayó.- caer
– Nunca … lo que busca.
– Iba despistado y se …
en el hoyo.
– Cuando le preguntaron
se …, no habló.
– Cuando se … ido, te
lo diré.
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